No quiero olvidar

En el espacio cotidiano,
sentada en el sillón de mi bisabuelo
una luz azulada da calor a este corazón perdido.
Rebusco palabras escritas hace años
como fotografías de tu existencia
marcada en fuego y viento
en estos mis dedos de pulso titubeante.
Hay signos de susurros inacabados,
besos en batallas perdidas de antemano.
Tocar esa percha en madera plomizo
donde la chaqueta panera
se deshacía en mis hombros
como un sueño que arropa la noche.
Decir hola en noches de tormenta
sin respuesta,
dibujar tus manos con la timidez de una colegiala.
No saber qué hacer ni qué decir.

Y seguimos en silencio,
nuestro cómplice lenguaje.
Me deslizo en tus sueños,
a buscar la sombra
de que fuiste y eres real.

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